
Mejorar el acceso a la salud ante las enfermedades desatendidas en Santa Cruz de la Sierra
- Personas beneficiarias: 54.238 personas
- Localización: Barrio Plan 3.000 en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia
- Organización local: Fundación Nor Sud
- Colaboradores: Generalitat Valenciana
- Presupuesto: 129.079€
El objetivo de este proyecto es mejorar la atención primaria en Centros y Puestos de Salud para reducir la vulnerabilidad de la población del barrio Plan 3000.
El proyecto facilita el acceso a los servicios básicos de salud y reduce la vulnerabilidad de la población del barrio Plan 3.000, de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia. Las actividades, diseñadas con enfoque de género y fortalecimiento comunitario, van destinadas a mejorar la resiliencia sanitaria ante la pandemia y sus consecuencias. Se busca involucrar a la población en la mejora de su salud con campañas de Información, Educación y Comunicación (IEC). Al mismo tiempo, se va a fortalecer el sistema de atención primaria, reiniciando la atención en 4 Centros y 8 Puestos de salud prioritarios, que dejaron de funcionar durante la pandemia. Además, se van a poner en funcionamiento mecanismos de coordinación con hospitales de segundo y tercer nivel, para la promoción de campañas sanitarias y de vacunación y de protección social.
El origen del barrio Plan 3.000
El Plan 3.000, uno de los barrios periféricos urbanos más grandes de Santa Cruz de la Sierra, es un conglomerado de población aimara, quechua y guaraní de casi 300 mil habitantes. En 1983, el desbordamiento del río Piraí llevó a las autoridades a trasladar a un descampado a 3 mil familias que perdieron vivienda, por ello se le conoce como Plan 3.000. La población inicial, de 10.000 personas, se multiplicó sin ninguna planificación por parte el Estado, debido a recepciones masivas de migraciones de otras regiones del país.
La calidad de vida de la población no solo está condicionada por la situación de vivienda, alcantarilla, agua, energía, educación, salud y servicios básicos, sino por trabajos de muy bajos ingresos o la economía informal, que se traducen en desnutrición infantil, problemas materno infantiles y conflictos sociales de toda índole. Esta caracterización problemática se vio aún más agravada por la pandemia de la COVID-19
El impacto de la COVID-19
Tanto la cuarentena que restringió desplazamientos poblacionales, así como el temor de la población para acercarse a los hospitales, creó un vacío de atención de enfermedades prevalentes, especialmente las crónicas o más delicadas. Algunos puestos de salud quedaron desmantelados, lo cual ha hecho más vulnerable aún a la población más pobre, que tuvo que interrumpir sus tratamientos o automedicarse en algunos casos, con los riesgos consiguientes, o, los más, simplemente conviviendo con sus dolencias por cuanto no tienen condiciones económicas para acudir a clínicas privadas.
Muchos de los males que padece la población más pobre son patologías denominadas de base para la COVID-19 porque son agravantes en caso de contagio, puesto que aceleran el proceso infeccioso y sus consecuencias, por las bajas condiciones inmunológicas de quienes las padecen. Entre estas patologías encontramos el mal de Chagas, la tuberculosis, el dengue o el VIH sida. Muchas de estas enfermedades pertenecen al grupo que la Organización Mundial de la Salud llama Enfermedades Tropicales Desatendidas. Vienen precedidas de estigma y discriminación, incluso de exclusión social, y tienen gran impacto sobre la calidad de vida, que puede verse afectada cuando la baja autoestima hace que el enfermo intente ocultar su condición de tal, se aleje de sus contactos sociales y de las actividades que les permiten obtener ingresos para cubrir sus necesidades familiares.
Este proyecto consigue asegurar unos servicios básicos de salud en el barrio Plan 3.000, dando acceso a la salud para reducir la vulnerabilidad de sus habitantes