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Sangeeta – impacto en el uso de calzado MCR

“Tengo 15 años y soy la mayor de 10 hermanas. Mis padres me permiten ir a la escuela a pesar de que tengo que cuidar a mis hermanas cuando mis padres trabajan. ¡Mi sueño es llegar a ser enfermera!

Me hice una herida en el pie derecho que no se curaba. No me dolía, pero al andar sangraba y mis amigos solían burlarse de mí y, debido al olor, no querían sentarse conmigo. Me sentía triste y desilusionada. No quería dejar de ir a la escuela, pero está lejos y la úlcera empeoraba.

Mi padre me llevó al hospital del gobierno y me dijeron que tenía lepra. Me sentí muy mal. El médico dijo que podía curarme y me tomé tratamiento durante un año. Pero la úlcera volvió a empeorar y ya no podía ir a la escuela. Entonces me aconsejaron ir al Saint Jospeh Leprosy Center, en Sanawad. Aunque está bastante lejos de mi casa, decidí venir porque ya no podía hacer nada y quería volver a la escuela. En 24 días la úlcera se curó y me dieron de alta. Aprendí a cuidar mi pie y me regalaron calzado protector especial.

Ahora no tengo ninguna úlcera. Estoy usando el calzado protector y voy a la escuela todos los días. Puedo caminar con mis amigos, nos sentamos juntos, estudiamos juntos y vamos a la escuela juntos. A menudo vengo a SJLC para el seguimiento y me darán calzado nuevo cuando necesite cambiar el viejo.”

Quiero mejorar más vidas